Educación ambiental para el desarrollo sostenible
Educación ambiental: Por qué tu madre no te educó en el desarrollo sostenible
De acuerdo, quizás tu madre sí que te enseñó que las botellas se tiraban en el contenedor verde (solo había uno cada dos o tres calles ¿recuerdas?) o te machacaba cada vez que te dejabas la luz de tu cuarto encendida (aunque seguramente temía más la factura que el derroche energético). Pero sería injusto echarle la culpa por algo que antes no estaba en nuestra agenda. Una cosa es segura: ahora somos más conscientes que nunca de la necesidad de una educación ambiental para el desarrollo sostenible. El reto que tenemos delante es enorme y no debería hacer falta que Leonardo DiCaprio nos lo recordase en su discurso en la Gala de los Oscars.
Programas de educación para el desarrollo sostenible
Cuando nos referimos a educación hablamos por supuesto y principalmente de los más pequeños, los niños que serán los adultos del futuro. La UNESCO define como educación ambiental para el desarrollo sostenible “incorporar los temas fundamentales del desarrollo sostenible a la enseñanza y el aprendizaje, por ejemplo, el cambio climático (…) o el consumo sostenible”.
Esta es una asignatura en la que la mayoría de centros de enseñanza primaria y secundaria de España se han puesto las pilas gracias a programas como la Agenda 21 Escolar (en Catalunya se llama Escoles + Sostenibles) o Ecoescuelas.
El primero es una traslación al mundo escolar de la Agenda 21, el plan de trabajo compartido por ciudades de todo el mundo para impulsar un modelo de desarrollo sostenible en el contexto urbano que surgió de la cumbre de Río de Janeiro de 1992.
El segundo es una de las ramas mediante las cuales la FEE (Foundation for Environmental Education) y la ADEAC (Asociación De Educación Ambiental y del Consumidor), junto con otras Organizaciones No Gubernamentales, realizan campañas de divulgación y sensibilización para la difusión de los valores, actitudes y comportamientos que contribuyan a una mejora del desarrollo sostenible.
Con estas iniciativas las escuelas buscan transmitir a los niños y jóvenes concienciación de la problemática ambiental a través de ejemplos prácticos y con acciones a pequeña escala. La importancia de llevar a cabo estas actividades es que de esta manera se ofrecen una serie de recursos que se pueden aplicar a su vida cotidiana. Limitarse a explicar valores, conceptos, conductas, etc. no servirá de nada si estos conocimientos no van acompañados del establecimiento de buenas prácticas ambientales y del desarrollo de habilidades y capacidades que les acompañarán siempre. Por ejemplo, cada vez más colegios incluyen entre sus instalaciones pequeños huertos. Los niños siembran, cuidan, y recogen los frutos. ¿Qué mejor manera que esa para aprender que los recursos no son infinitos y los tomates no llegan a las estanterías de los supermercados por generación espontánea? Algunos van más allá y realizan su propio compostaje casero que servirá de abono para el huerto.
Educación para el desarrollo sostenible en escuelas: la iniciativa 100escuelas
Estos proyectos escolares están normalmente impulsados y apoyados económicamente por administraciones, organizaciones o empresas. Desde ECrowd! damos apoyo a la iniciativa 100 escuelas, que tiene como objetivo incorporar la eficiencia energética en más de 100 escuelas españolas de una manera muy sencilla para hacerlas más respetuosas con el medio ambiente. Se trata de dos sencillos pasos:
- Primero se realiza una valoración del potencial de eficiencia energética de la escuela;
- Después la red de desarrolladores e instaladores de proyectos propone una serie de actuaciones que mejorarían la calificación de eficiencia energética y realizan un presupuesto.
En la última fase es donde ECrowd! entra en acción, alojando el préstamo que la escuela necesitará para la implementación de las acciones que se haya recomendado. Gracias a esta iniciativa todo el mundo se implica -alumnos, profesores, padres- por conseguir algo que reportará un doble beneficio: para la escuela y los alumnos directamente y para el medio ambiente de forma indirecta.
Además esta iniciativa puede ayudar a la educación ambiental de los niños y de sus padres demostrando que con algunas medidas sencillas (técnicas y de cambio de comportamiento) se pueden conseguir mejoras importantes de eficiencia energética y contribuir a un desarrollo sostenible.
Educación ambiental para el desarrollo sostenible: el reto de la educación de los padres
Si, por lo que vemos, parece que vamos por el buen camino en cuanto a la educación ambiental en el ámbito escolar, no podemos decir lo mismo de otra pata igual de fundamental: la educación ambiental dirigida a los padres. Y no hay que olvidar que, al final del día, los niños harán lo que vean que se hace en su casa. Y aún más importante: el cambio hacia un modelo más sostenible no puede esperar a las generaciones futuras. ¿Qué se está haciendo desde las empresas o las instituciones públicas en este sentido?
Sería interesante que los ayuntamientos, los organismos públicos que tienen un contacto más directo con el día a día de los ciudadanos, tuvieran mayor implicación y compromiso con la educación ambiental para el desarrollo sostenible. La difusión de herramientas para mejorar la eficiencia energética, la organización de visitas guiadas a centros de reciclaje y plantas de energía solar, o el fomento de movilidad sostenible (bicicleta, transporte público) a través de incentivos, son algunas de las iniciativas más comunes que se llevan a cabo.
Desde el ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, se ha desarrollado el Compromiso Ciudadano por la Sostenibilidad 2012-2022, junto con 800 entidades más, que surgió a raíz de la celebración en París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tenía como objetivo mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C. La hoja de ruta de este compromiso incluye proyectos como un necesario plan de comunicación para difundir mensajes centrados en la responsabilidad individual en temas de desarrollo ambiental sostenible; o un proyecto piloto de un mosaico de cubiertas con instalaciones que combinan las energías renovables con espacios agrícolas integrados en diferentes tipologías de edificios. Pero cabe preguntarse si estas iniciativas, aunque buenas, son suficientes, si calan de verdad en la gente y si ayudarán a traer el necesario cambio de concienciación ambiental.
En cualquier caso es evidente que cada vez hay más interés en mejorar la situación ambiental porque surgen consultoras como Zerohub, especializada en promover y elaborar estrategias para crear ambientes construidos más saludables para las personas y para el planeta: eficiencia energética, energías renovables, calidad ambiental interior y sostenibilidad definen sus proyectos. Entre ellos destaca un panel ambiental, ganador del premio “Call for Solutions” del Smart City World Congress Barcelona 2015: Se trata de una herramienta interactiva y participativa con la que educar a la sociedad sobre la contaminación ambiental exterior en parques, jardines y escuelas u otros lugares públicos de especial sensibilidad.
Zerohub esta también probando un panel ambiental llamado LÍQUENS que mide la contaminación ambiental (micro particulas, dioxido de nitrogeno NO2 y ruido) dentro de tres escuelas. Se puede tener acceso en tempio real a los datos para cada escuela.
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