La hora de la eficiencia energética y las renovables
España debe ponerse las pilas si quiere cumplir con los objetivos europeos para el año 2020: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20%, ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética y promover las energías renovables hasta el 20%. Cada vez queda menos y el camino a recorrer para alcanzar estas metas es largo debido a los pocos avances registrados hasta la fecha.
La eficiencia energética es básica para reducir el consumo de energía y, por tanto, las emisiones de gases de efecto invernadero. Este subsector, además, está siendo clave para la economía española debido a la paralización de la obra nueva. Pero el éxito de la eficiencia energética no sólo se explica por la necesidad de buscar alternativas al estancamiento de la economía ‘tradicional’. Implantar medidas de eficiencia energética supone un ahorro real para las empresas y familias que realizan la inversión, que en la mayoría de los casos se amortiza en unos pocos años. Y el margen de mejora en este campo es enorme.
Un ejemplo: la rehabilitación energética de edificios. Un estudio del Grupo de Trabajo en Rehabilitación (Green Building Council España y la Fundación CONAMA) estima que se pueden crear 150.000 empleos estables de media hasta el año 2050, con una inversión total de 26.000 euros por vivienda, pero generando unos ahorros de 39.000 euros por vivienda. Esto es, además de generar nuevos empleos, estaría suponiendo un ahorro neto para las familias que habiten las viviendas rehabilitadas, reduciendo la factura energética.
Ante esta coyuntura es de suponer que a lo largo de este año serán muchos los proyectos relacionados con la eficiencia energética que acudirán a la financiación colectiva en busca de dinero.
Energías renovables
El 2016 está también llamado a ser el año de las energías renovables en España, especialmente de la eólica. Diversos estudios apuntan a la energía eólica como imprescindible para cumplir con los objetivos en materia de renovables comprometidos con la Unión Europea para 2020. El mismo Gobierno español reconoce que para cumplir con dichas metas se deberían instalar unos 6.500 MW eólicos de aquí a esa fecha, una cifra muy alejada de los 500 MW previstos por el momento y de los 27 MW que se instalaron el año pasado.
La fotovoltaica, por su parte, se ha visto muy perjudicada por la crisis y la política energética española de los últimos años. El sector está estancado. Los datos avanzados por Red Eléctrica arrojan un aumento de la capacidad del 0,5% que se compensa con el cierre de algunas instalaciones y el saldo final arroja una disminución de 5 MW en 2015.
Este panorama choca con la realidad tecnológica, con firmas españolas líderes mundiales en el ámbito de la eólica. En los últimos años, las renovables han hecho sus deberes en materia de eficiencia y competitividad. El coste de la energía solar ha caído un 80% desde el 2000, el de la eólica un 33% y la solar genera hoy día dos veces más empleo por unidad de generación eléctrica que el gas y el carbón juntos. Los proyectos relacionados con las energías renovables son ahora más rentables que nunca. Eso sí, precisan de un marco regulatorio estable y de leyes que las incentiven en lugar de penalizarlas, como el conocido como impuesto al sol que impone una tasa a las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo.
El vehículo eléctrico
Otro de los puntos clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es el impulso del vehículo eléctrico. Las ventas de este tipo de vehículos no paran de romper récords este año. En los cuatro primeros meses de 2016 han alcanzado un incremento del 187,3% y 1.534 unidades, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Este acelerón del vehículo eléctrico no se da sólo en España, país que parte de índices de penetración inferiores a los de sus homólogos europeos. Bloomberg New Energy Finance calcula que en el año 2040 el 35% de los coches que se vendan en el mundo ya serán eléctricos. A pesar de todo, las ventas de vehículos eléctrico representan sólo el 1% del mercado en España, aunque es destacable que las ventas van 16 veces más rápido que las del vehículo híbrido cuando salió.
El mayor éxito de ventas se debe a la maduración de la tecnología y a unos precios más competitivos. La autonomía ha dejado de ser un problema y hoy en día en España se puede comprar un vehículo eléctrico al mismo precio que un diésel gracias al Plan Estatal de Impulso a la Movilidad con Vehículos de Energías Alternativas (MOVEA), que ofrece unas ayudas a la compra de coches eléctricos que oscilan entre 2.700 y 5.500 euros, a los que hay que sumar otros 750 euros si se entrega un coche usado. Además, el concesionario se ocupa de instalar un poste de carga al cliente, cubriendo un gasto de hasta 1.000 euros.
Para aquellas empresas que quieran apostar por el vehículo eléctrico, las plataformas de crowdlending como ECrowd! se erigen como una alternativa inteligente y coherente a la hora de buscar financiación.
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